CARACTERÍSTICAS DE LOS DRAGONES
Características principales
Los dragones son reptiles homeotérmicos, es decir, son de sangre caliente y su temperatura corporal es controlada internamente. Esto los ayuda a adaptarse a diferentes climas y a mantenerse activos tanto de día como de noche todo el año. Por lo general estas criaturas tienen alas, y su esqueleto es el más grande entre las criaturas voladoras. Su sistema reproductivo es interno, es decir, por fuera es difícil determinar si un dragón es macho o hembra. Los dragones, al igual que otros reptiles y pájaros, ponen huevos, los que están protegidos por un cascaron muy duro, que se va suavizando a través del tiempo para así permitir que los dragones recién nacidos sean capaces de romper la cáscara más fácilmente.Algunos tienen alas y sus huesos, al igual que los de las aves, son huecos. El cuerpo del dragón está recubierto de escamas fuertes y brillantes. Los dragones son animales estudiosos, y una de sus materias favoritas es la magia: por esta razón los vemos frecuentemente en compañía de algún mago. Les encantan los acertijos y las adivinanzas; muestran una gran afición tanto por la poesía como por la música; y son grandes amantes del arte, en especial de la joyería fina, y acumulan valiosos tesoros que cuidan celosamente. Son capaces de articular palabras: según los que han tenido la oportunidad de escucharlos, dicen que hablan latín y no tienen ningún problema para aprender nuevos idiomas. Cuentan que por medio de la belleza de su voz hechizan a los hombres. Los dragones son escasos debido al reducido número de dragonas. Estos fantásticos seres son un símbolo de poder universal, ya que dominan los cuatro elementos: agua, aire, fuego y tierra. Así como podemos encontrar dragones marinos, que arrojan fuego y hielo, existen también dragones guardianes de los tesoros.
El dragón, legendario monstruo reptil con alas y aliento de fuego. En algunas culturas el dragón simboliza la destrucción y la maldad. En las sagradas escrituras de los antiguos hebreos, y luego en el cristianismo el dragón usualmente representaba la muerte y el mal. En ciertas mitologías como la griega y la romana, el dragón posee poderes del bien, y ha sido comúnmente empleado como emblema militar por muchas culturas a través del tiempo. La ciencia distingue diversos géneros: El Dragón Celestial lleva en el lomo los palacios de las divinidades e impide que éstos caigan sobre la tierra; el Dragón Divino produce los vientos y las lluvias, para bien de la humanidad; el Dragón Terrestre determina el curso de los arroyos y de los ríos; el Dragón Subterráneo cuida los tesoros vedados a los hombres. Los alquimistas en la edad media le dieron al Dragón el nombre de Uroboros, el que se come la cola, nombre inspirado debido a que vieron en él el acto de la autofertilización, el recipiente de esta nueva vida y el período de tiempo que tarda el ciclo en volver al principio. El Dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero éstas son inescrutables. En general lo imaginan con cabeza de caballo, cola de serpiente, grandes alas laterales y cuatro garras, cada una provista de cuatro uñas. Se habla asimismo de sus nueve semblanzas: sus cuernos se asemejan a los de un ciervo, su cabeza a la del camello, sus ojos a los de un demonio, su cuello al de la serpiente, su vientre al de un molusco, sus escamas a las de un pez, sus garras a las del águila, las plantas de sus pies a las del tigre, y sus orejas a las del buey. Hay ejemplares a quienes les faltan orejas y que oyen por los cuernos. Es habitual representarlo con una perla, que pende de su cuello, y es emblema del sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quitan. La historia le atribuye la paternidad de los primeros emperadores. sus huesos dientes y saliva gozan de virtudes medicinales. En la primavera sube a los cielos; en el otoño se sumerge en la profundidad de las aguas. Algunos carecen de alas y vuelan con ímpetu propio. Los budistas afirman que los dragones no abundan menos que los peces de sus muchos mares concéntricos; en alguna parte del universo existe una cifra sagrada para expresar su número exacto. El pueblo chino cree en los dragones más que en otras deidades, porque los ve con tanta frecuencia en las cambiantes nubes. Paralelamente, Shakespeare había observado que hay nubes con forma de Dragón (sometimes we see a cloud that's dragonish). La luna -la joya más querida del Dragón, la que hace que todos los deseos se cumplan- siempre que muere vuelve a nacer. El Dragón es en primer lugar y sobre todo, una serpiente que rejuvenece cada vez que muda la piel y que, como no tiene párpados, mira de una forma inquietante. Tampoco tiene oídos, y por eso los chinos lo llaman el Sordo; creen sin embargo, que su principio vital se encuentra en los ojos. Las serpientes presentan también otros rasgos característicos de los Dragones: viven en agujeros excavados en la tierra, se tumban al sol, nadan en el agua, se arrastran por la tierra y se suben a los árboles; su aliento es fétido y su picadura ponzoñosa, todo su cuerpo está cubierto de escamas y, según la tradición, tiene tantas costillas como días hay en el año. Se tragan a la presa entera y vomitan los huesos y los cuernos (cosas ambas indigestas), en los que se cree reside la vida del animal muerto; de la misma forma, si el muerto fue piadoso, resucitará al final de los tiempos y saldrá del infierno, la boca del Dragón
Características principales
Los dragones son reptiles homeotérmicos, es decir, son de sangre caliente y su temperatura corporal es controlada internamente. Esto los ayuda a adaptarse a diferentes climas y a mantenerse activos tanto de día como de noche todo el año. Por lo general estas criaturas tienen alas, y su esqueleto es el más grande entre las criaturas voladoras. Su sistema reproductivo es interno, es decir, por fuera es difícil determinar si un dragón es macho o hembra. Los dragones, al igual que otros reptiles y pájaros, ponen huevos, los que están protegidos por un cascaron muy duro, que se va suavizando a través del tiempo para así permitir que los dragones recién nacidos sean capaces de romper la cáscara más fácilmente.Algunos tienen alas y sus huesos, al igual que los de las aves, son huecos. El cuerpo del dragón está recubierto de escamas fuertes y brillantes. Los dragones son animales estudiosos, y una de sus materias favoritas es la magia: por esta razón los vemos frecuentemente en compañía de algún mago. Les encantan los acertijos y las adivinanzas; muestran una gran afición tanto por la poesía como por la música; y son grandes amantes del arte, en especial de la joyería fina, y acumulan valiosos tesoros que cuidan celosamente. Son capaces de articular palabras: según los que han tenido la oportunidad de escucharlos, dicen que hablan latín y no tienen ningún problema para aprender nuevos idiomas. Cuentan que por medio de la belleza de su voz hechizan a los hombres. Los dragones son escasos debido al reducido número de dragonas. Estos fantásticos seres son un símbolo de poder universal, ya que dominan los cuatro elementos: agua, aire, fuego y tierra. Así como podemos encontrar dragones marinos, que arrojan fuego y hielo, existen también dragones guardianes de los tesoros.
El dragón, legendario monstruo reptil con alas y aliento de fuego. En algunas culturas el dragón simboliza la destrucción y la maldad. En las sagradas escrituras de los antiguos hebreos, y luego en el cristianismo el dragón usualmente representaba la muerte y el mal. En ciertas mitologías como la griega y la romana, el dragón posee poderes del bien, y ha sido comúnmente empleado como emblema militar por muchas culturas a través del tiempo. La ciencia distingue diversos géneros: El Dragón Celestial lleva en el lomo los palacios de las divinidades e impide que éstos caigan sobre la tierra; el Dragón Divino produce los vientos y las lluvias, para bien de la humanidad; el Dragón Terrestre determina el curso de los arroyos y de los ríos; el Dragón Subterráneo cuida los tesoros vedados a los hombres. Los alquimistas en la edad media le dieron al Dragón el nombre de Uroboros, el que se come la cola, nombre inspirado debido a que vieron en él el acto de la autofertilización, el recipiente de esta nueva vida y el período de tiempo que tarda el ciclo en volver al principio. El Dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero éstas son inescrutables. En general lo imaginan con cabeza de caballo, cola de serpiente, grandes alas laterales y cuatro garras, cada una provista de cuatro uñas. Se habla asimismo de sus nueve semblanzas: sus cuernos se asemejan a los de un ciervo, su cabeza a la del camello, sus ojos a los de un demonio, su cuello al de la serpiente, su vientre al de un molusco, sus escamas a las de un pez, sus garras a las del águila, las plantas de sus pies a las del tigre, y sus orejas a las del buey. Hay ejemplares a quienes les faltan orejas y que oyen por los cuernos. Es habitual representarlo con una perla, que pende de su cuello, y es emblema del sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quitan. La historia le atribuye la paternidad de los primeros emperadores. sus huesos dientes y saliva gozan de virtudes medicinales. En la primavera sube a los cielos; en el otoño se sumerge en la profundidad de las aguas. Algunos carecen de alas y vuelan con ímpetu propio. Los budistas afirman que los dragones no abundan menos que los peces de sus muchos mares concéntricos; en alguna parte del universo existe una cifra sagrada para expresar su número exacto. El pueblo chino cree en los dragones más que en otras deidades, porque los ve con tanta frecuencia en las cambiantes nubes. Paralelamente, Shakespeare había observado que hay nubes con forma de Dragón (sometimes we see a cloud that's dragonish). La luna -la joya más querida del Dragón, la que hace que todos los deseos se cumplan- siempre que muere vuelve a nacer. El Dragón es en primer lugar y sobre todo, una serpiente que rejuvenece cada vez que muda la piel y que, como no tiene párpados, mira de una forma inquietante. Tampoco tiene oídos, y por eso los chinos lo llaman el Sordo; creen sin embargo, que su principio vital se encuentra en los ojos. Las serpientes presentan también otros rasgos característicos de los Dragones: viven en agujeros excavados en la tierra, se tumban al sol, nadan en el agua, se arrastran por la tierra y se suben a los árboles; su aliento es fétido y su picadura ponzoñosa, todo su cuerpo está cubierto de escamas y, según la tradición, tiene tantas costillas como días hay en el año. Se tragan a la presa entera y vomitan los huesos y los cuernos (cosas ambas indigestas), en los que se cree reside la vida del animal muerto; de la misma forma, si el muerto fue piadoso, resucitará al final de los tiempos y saldrá del infierno, la boca del Dragón
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